Fue una travesia magnifica…cuando me levanto en la madrugada, estamos navegando lentamente frete a la isla Gorgona, fortaleza verde y obstinada de pendientes vertiginosas, que parece nunca alejarse…y después, la costa aparece, una serie de estuarios, un paisaje plano, rios gigantescos….
Los atunes van brincando por todos lados y las aves intentan algo de pesca…no sirve, es que tocaria ser un condor para llevarse uno de estos peces gordos, no los mas grandes, pero igual…de pronto ellos mismo estan comiendo alguna victima golosamente…estoy pensando en Benoit, riendome, lo imagino histérico, tratando de tirarse al agua mientras trato de mantenerlo a bordo, jalándolo por la ropa….
Los pequeños botes van llegando, uno de ellos es para nosotros, Isaac lo hizo llamar por la radio. Llega, nos montamos y muy rápidamente dejamos el estuario para meternos en un rio mas pequeño, como en Paris un carro dejaria el boulevard Magenta para entrar en un pequeño callejón y desaparecer…
Después de 20 minutos, llegamos a Mulatos por atrás, con el agua entrando en el pequeño pueblo, de por ahí 150 habitantes. Primera impresión…en el estero tranquilo y perezoso, unos tipos estan reaprando un barco de madera, otro esta casi terminado y esta durmiendo, recostado de lado en el lodo…y delante de nosotros, hay una estructura grande con un techo que protege lo que parece ser la columna vertebral de un futuro barco: efectivamente, hay construccion naval en Mulatos, como me lo habia dicho la leyenda…de todas formas, conservo la calma: mi amigo Hugo Candelario, maestro de la Marimba nacido en la zona, me advirtió: “los Vikingos, olvidalos, casi ya no hay.” 
De todas formas, por ahora, esa no es nuestra preocupación principal…hay que encontrar un punto de agua y algo de comida…y es mas complicado de lo previsto. Primero, es la lluvia que define el agua que hay, y estos dias, casi no llueve…la electricidad solo la hay de las 6 a las 9 de la noche, y no hay tienda porque de todas formas cada familia se las arregla para encontrar su arroz , pescar su pescado y recoger sus dos cebollas y una guanábana….
Asi que la gente no nos tiene previstos y encontrar comida para cinco bocas no va a ser muy facil…arreglamos un trato con una señora, le traemos la comida y ella nos cocina algo con lo que tiene ahí…para bañarnos, todavía no hemos encontrado, de hecho pasaremos unos dias asi sin bañarnos, y la verdad, tiene su encanto, pues nada es sucio por ahí…Y el agua, pues menos mal tenemos unos tarros…Pero hijuepucha, que calor tan berraco…la playa aparece como una frontera imposible de cruzar a esta hora…el verde del pasto donde vienen a hacer locha las pocas vacas flacas del pueblo es un alivio para los ojos….
Aquí la gente no es tan abierta y chévere como en el Caribe, o mas arriba en el Choco…aquí no te vienen encima para proponerte un servicio…Lo aprecio amigos, pero en serio, seguro que no tienen un baño por ahí?
Los pequeños botes van llegando, uno de ellos es para nosotros, Isaac lo hizo llamar por la radio. Llega, nos montamos y muy rápidamente dejamos el estuario para meternos en un rio mas pequeño, como en Paris un carro dejaria el boulevard Magenta para entrar en un pequeño callejón y desaparecer…
Después de 20 minutos, llegamos a Mulatos por atrás, con el agua entrando en el pequeño pueblo, de por ahí 150 habitantes. Primera impresión…en el estero tranquilo y perezoso, unos tipos estan reaprando un barco de madera, otro esta casi terminado y esta durmiendo, recostado de lado en el lodo…y delante de nosotros, hay una estructura grande con un techo que protege lo que parece ser la columna vertebral de un futuro barco: efectivamente, hay construccion naval en Mulatos, como me lo habia dicho la leyenda…de todas formas, conservo la calma: mi amigo Hugo Candelario, maestro de la Marimba nacido en la zona, me advirtió: “los Vikingos, olvidalos, casi ya no hay.” 
De todas formas, por ahora, esa no es nuestra preocupación principal…hay que encontrar un punto de agua y algo de comida…y es mas complicado de lo previsto. Primero, es la lluvia que define el agua que hay, y estos dias, casi no llueve…la electricidad solo la hay de las 6 a las 9 de la noche, y no hay tienda porque de todas formas cada familia se las arregla para encontrar su arroz , pescar su pescado y recoger sus dos cebollas y una guanábana….
Asi que la gente no nos tiene previstos y encontrar comida para cinco bocas no va a ser muy facil…arreglamos un trato con una señora, le traemos la comida y ella nos cocina algo con lo que tiene ahí…para bañarnos, todavía no hemos encontrado, de hecho pasaremos unos dias asi sin bañarnos, y la verdad, tiene su encanto, pues nada es sucio por ahí…Y el agua, pues menos mal tenemos unos tarros…Pero hijuepucha, que calor tan berraco…la playa aparece como una frontera imposible de cruzar a esta hora…el verde del pasto donde vienen a hacer locha las pocas vacas flacas del pueblo es un alivio para los ojos….
Aquí la gente no es tan abierta y chévere como en el Caribe, o mas arriba en el Choco…aquí no te vienen encima para proponerte un servicio…Lo aprecio amigos, pero en serio, seguro que no tienen un baño por ahí?
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